viernes, 1 de marzo de 2013


LA TÉCNICA Y LA SOCIEDAD DEL RIESGO, SU IMPACTO EN LA SALUD Y LA SEGURIDAD DE LAS PERSONAS

Al hablar hoy de la sociedad del riesgo se hace habitualmente referencia a una doble experiencia en la sociedad contemporánea. Por un lado, a la posibilidad de que se produzcan daños que afecten a buena parte de la humanidad. Son daños que, bien como catástrofes repentinas (accidentes nucleares, por ejemplo) o bien como catástrofes larvadas (la destrucción de la capa de ozono), están asociados a la universalización de la tecnología y a sus consecuencias negativas por la abolición de barreras nacionales, de clase social o generacionales. El efecto invernadero, las catástrofes nucleares, las enfermedades o los derramamientos de petróleo no respetan fronteras entre países, entre ricos y pobres o entre padres e hijos.

La sociedad del riesgo, además, consiste en la presencia de decisiones arriesgadas en la vida cotidiana. La nuestra es una sociedad crecientemente tecnificada respecto a procesos de producción, al funcionamiento de sus instituciones y a la conducta individual. Los ámbitos de acción, antes regulados por una tradición vinculante, ahora constituyen problemas de decisión y atribución de responsabilidad: en el uso de toallas, la conducción de automóviles, el consumo de energía, la utilización de tecnologías médicas, etc. Pero no es eso todo. La cuestión no es tanto que los peligros de la sociedad actual sean mayores que los del pasado, sino que hoy los peligros son habitualmente imputados a acciones y decisiones humanas. Cuando un peligro potencial se conceptualiza como riesgo se está afirmando que hay seres humanos que de algún modo son responsables de esta amenaza



La prevención de riesgos en los procesos de  producción.

La conservación del medio ambiente constituye uno de los mayores motivos de preocupación para la sociedad. Conciliar el desarrollo económico con el respeto al entorno natural supone uno
de los grandes retos de esta época. Algunos aspectos que, a veces equivocadamente, se relacionan con el bienestar material como son la utilización de los recursos, la evolución industrial, los modelos agrícolas ,etc. van a estar condicionados por la creciente demanda social de una mejor calidad ambiental.
Todo el mundo es consciente de que la preservación de la naturaleza comienza por la concienciación ciudadana, a través de algunos hábitos de comportamiento o mediante la participación más directa en actividades para su defensa. También los gobernantes tienen la obligación de diseñar una política medioambiental en la que se definan los objetivos, estrategias, y se propongan medidas legales para la conservación y recuperación del patrimonio natural.